Blah Blah Blah Navideño...
Desde hace cierto tiempo, mi nivel de alegría navideña ha decaído. Y al parecer, no soy la única ya que muchas amistades lo han manifestado por medio de sus muros en Facebook o en sus blogs u otras redes sociales o simplemente en esa conversa rutinaria. Ya no se viven esas tradiciones como antes y creo que la mayor parte de la alegría navideña (en mi parecer) es la de ver las caras de alegría y felicidad de los niños. Hasta hace poco esa alegría infantil la veía reflejada en mis sobrinos, pero ya que los tengo lejos pues no puedo estar ahí para verlos, abrazarlos y contagiarme de esa inocencia y alegría única que ellos pueden transmitir. Creo que este desanimo también se debe al ajetreo y estrés en la cual se vive día a día y que muchos tienden a trabajar durante todo este mes - y de broma tienen libre los días de fiestas claves en este mes (24 - 25 de Diciembre y el 31 de Diciembre - 1ero de Enero). Lamentablemente ese estrés le aglomera la mente a uno e invade gran parte de la mente y el corazón.
Pero no todo el mes de Diciembre es un Grinchmes para mí jajaja. Siempre hay algo que reanima mi alma y mi corazón. Siempre hay algo que me hace olvidar y me hace alegrar justo antes del 24 de Diciembre. En este año ha sido una celebración algo espiritual y en familia. Mi familia junto a la gran extensión de primos y tios por parte de mi papá hemos estado celebrando la Novena - veladas donde oramos al niño en ese pesebre, recordamos los valores más importantes que debemos de llevar en nuestras vidas y le cantamos lindas parrandas a esa familia en ese pesebre, la cual es una bella interpretación de lo que TODOS en mi familia son.
Así que ando pensando y reconsiderando lo que es el verdadero amor en la Navidad. Es cierto que muchas tradiciones navideñas han desaparecido, es muy cierto que la lejanía de ciertos seres muy queridos nos afecta y que el estrés de la rutina moderna nos hace un poco fríos...pero hay que buscar esa escapadita que nos ayude a recapacitar y a retomar lo que estamos necesitando con tanta urgencia: amor, comprensión y humildad en estas Navidades. Y lo más importante es que se debe de mantener lo más posible esas dosis de valores para poder tenerlos presente durante el nuevo año.
Y tú, ¿qué tan Grinch eres?
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